Hace ya cuatro años que comenzó la investigación acerca del Caso Gürtel. Todo empezó con una denuncia de Jose Luis Peñas, ex concejal del PP, ante unas empresas fantasma que desviaban dinero en beneficio de ciertos empersarios y miembros del Partido, en Madrid, Valencia y Galicia.
La acción se realizaba a través de dos cajas de empresas fantasma y, mediante ellas, obtenían dinero público y lo invertían ilegalmente en la industria inmobiliaria de las empresas de los imputados, en la financiación del PP y en beneficio propio.
Ha llegado un momento en que más que sorperndernos, nos produzca un risa automáticamente por lo rídiculo que suena y lo repetitivo que es. Parece increíble que todos los imputados en el caso tengan alguna relación con el Partido Popular y, sin embargo, se les defiendan poniendo como pilar del partido la transparencia y la honestidad de los mismos. Si alguien consigue dinero de los fondos públicos y los invierte en financiación ilegal o asuntos personales no tiene nada de transparente ni de honesto. En vez de pedir explicaciones y seriedad al Gobierno con asuntos como la crisis, las relaciones internacionales o la mala pinta que presentan los PGE deberían poner orden en su casa y, así, conseguir transparecia y honestidad. Hay que predicar con el ejemplo, señores.
Ha llegado un momento en que más que sorperndernos, nos produzca un risa automáticamente por lo rídiculo que suena y lo repetitivo que es. Parece increíble que todos los imputados en el caso tengan alguna relación con el Partido Popular y, sin embargo, se les defiendan poniendo como pilar del partido la transparencia y la honestidad de los mismos. Si alguien consigue dinero de los fondos públicos y los invierte en financiación ilegal o asuntos personales no tiene nada de transparente ni de honesto. En vez de pedir explicaciones y seriedad al Gobierno con asuntos como la crisis, las relaciones internacionales o la mala pinta que presentan los PGE deberían poner orden en su casa y, así, conseguir transparecia y honestidad. Hay que predicar con el ejemplo, señores.
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