Te recuerdo salvaje
Te necesito salvaje...
Tierras extrañas
Olores conocidos...
Y sube la temperatura
Y baja una gota de sudor por tu frente
Y resbala en tu nariz
Y cae sobre mí
Y nuestra cara lo dice todo
No soy la típica amante que decide utilizar a sus osos de peluche en beneficio propio.
No soy la típica amante que manda a su adorador a arrancarle el corazón a su madre para que mi perro tenga algo que comer.
No soy la típica amante que se ordena a si misma no amar de verdad a nadie.
No soy...solo típicamente distraída y tarada, pero simpática (de vez en cuando)
Directamente (al frito).
Yo soy tan solo uno de los dos polos.
La distancia es un oasis.
Y está demostrado pitiflauticamente.
Le vio alejarse calle arriba, justo en la dirección contraria de la que tomaba todas las noche. El nudo en su garganta aumentaba y cada vez era más difícil respirar. Se secó unas lágrimas furtivas con la camisa mientras buscaba las llaves en ese minúsculo bolso.
Ahora le parecía que había sido un capullo al despedirla de esa manera, pero pronto comprendió que no era una despedida. Era algo diferente que daba la impresión de que al día siguiente se iban a ver como si nada. Pensó en su equipaje, en las pocas horas que le quedaban para dormir y en lo mucho que le iba a costar coger ese maldito avión.
Ahora que ya no le ve dibuja su rostro en el vacío. Consigue recordar con todo detalle: los labios suaves y carnosos, los dientes ordenados perfectamente como un escuadrón, los ojos vivaces, misteriosos, tiernos y pervertidos; el rostro contradictorio, unas veces con una mueca casi imperceptible de confusión otras de deseo (parece que va a pegar un bocado en breves); el pelo suave y fuerte,el cuello, viril, al igual que los hombros; los brazos fuertes y salvajes, las piernas ágiles, las manos rápidas, frenéticas; los dedos, un torrente de escalofríos; la espalda, un cauce de un río que ambos provocaban.
Poco a poco apareció tal y como había llegado al mundo, liberado de sus pieles sintéticas. Deseó tenerle de veras enfrente y no solo en su mente.
Optó por continuar su viaje sin pensar en aquellas cosas que la ruborizaban. A los pocos segundos se encontró imaginando la vuelta a casa y un escalofrío recorrió su espalda. Era cerrar los ojos y volvía a la pubertad más hormonada de todas. Horas y horas colgados como dos computadoras...Incluso cuando no cerraba los ojos y perdía su vista en un punto fijo volvían a aparecer esas imágenes...bellas...puras...reales...no tan antiguas...factibles...
Por suerte sabía que iban a haber más escenas de esas.
Tras dos semanas dejó de subirse por las paredes porque las había tirado abajo.
Ya solo pensaba en una cosa...
Optó por ocultar su táctcica y su estrategia hasta dentro de unas cuantas semanas más.
Entretanto le dejaba entrar en su mente...
como siempre tan a tiempo y tan inoportuno...
